Es brindar a nuestros estudiantes las herramientas necesarias para que:
Vivan una relación cercana con Dios, Padre misericordioso, y con Jesús, modelo de libertad.
Veneren a María Santísima, Madre de la Merced, con devoción y afecto.
Se identifique con los valores evangélicos y la espiritualidad mercedaria.
Asuman progresivamente su formación humana y cristiana.
Desarrollen su capacidad intelectual y juicio crítico, actuando con libertad responsable en relación con Dios, con los demás y con el mundo.
Pongan sus talentos al servicio de los demás, encontrando en la luz del Evangelio el camino hacia su desarrollo personal y el compromiso solidario con los más necesitados.
Se comprometan en la defensa de los pobres y marginados, al estilo de Cristo (Mt 25,40; Lc 4,18), como lo hizo la fundadora de la congregación mercedaria, Lutgarda.
Trabajen en la búsqueda constante de la verdad, la justicia y la convivencia fraterna.
Asuman el estudio, el trabajo y su futura profesión como un proceso de autorrealización y desarrollo integral, con excelencia y calidad.